¿Qué medidas de seguridad deben tomar los niños al montar en bicicleta?
Autor: Cristian Vázquez
En España usamos cada vez más la bici. Según los datos del último Barómetro de la Bicicleta, publicados el año pasado, casi la mitad de la población de entre 12 y 79 años, unos 19 millones de personas, montan en bicicleta con una cierta frecuencia. Tal cifra supera en 3,5 millones a la cantidad de usuarios estimados por la primera edición del Barómetro, realizada en 2009.
Los últimos datos del Eurobarómetro en relación con la calidad del transporte, publicados en 2014, aseguraban que solo el 3% de los españoles usaban la bicicleta a diario. Cifras muy lejanas a las de Holanda (36%), Dinamarca (23%) y Hungría (22%), y por debajo también de la media europea: 8%. Pero es probable que nuestro país mejore en esta clasificación en la próxima edición de esta estadística.
El caso de los niños es especial: ellos se llevan muy bien con las bicis, y sobre todo en el verano, cuando el buen tiempo y las vacaciones son una invitación para salir a recorrer los caminos sobre dos ruedas. Más del 70% de los niños de entre 5 y 14 años montan en bici, de acuerdo la Asociación Española de Pediatría (AEP). La Guía Probici, avalada por el Ministerio de Fomento, señala que «los niños que frecuentan los colegios, sobre todo entre 9 y 14 años, son un grupo con mucho potencial» en cuanto a incentivar el uso de la bicicleta en áreas urbanas.
«Dirigirse a los niños significa enseñar e influenciar los futuros usuarios de la calle -asegura el texto- además de ser un espectacular vehículo de concienciación de los padres». Sin embargo, los especialistas enfatizan que esta actividad, un ejercicio físico popular y recomendable, no está exento de riesgos. Por ello, es importante tomar algunas medidas de seguridad.
El uso del casco, la medida de seguridad más importante
El uso del casco constituye la principal medida de seguridad para montar en bicicleta. Es obligatorio para todos los menores de 16 años, y también para los mayores cuando circulen por vías interurbanas. «El uso del casco en bicicleta puede prevenir o reducir el riesgo de sufrir lesiones graves de cabeza, incluso cuando la causa del accidente es una colisión con un automóvil», apunta un documento del Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la AEP.
La protección proporcionada por el casco -apunta el mismo texto- se basa en tres funciones clave: «Absorber parte de la energía, distribuir el pico máximo de energía del golpe sobre una superficie mayor y aumentar el tiempo de transferencia». Con casco, el riesgo de muerte se reduce en un 26%, y el de sufrir lesiones craneales o cerebrales, en un 63-88%.
Es importante no solo que los niños usen casco, sino que además lo hagan de manera correcta. En primer lugar, se debe tratar de un casco homologado por los organismos correspondientes. Debe ser duradero, de peso reducido, con buena ventilación y fácil de poner y quitar. No debe interferir con la capacidad auditiva, ni con la visión: debe permitir ver al menos en un ángulo de 105º hacia los lados, 25º hacia arriba y 40º hacia abajo.
Otros datos importantes relacionados con el casco: debe tener el tamaño adecuado, estar en perfecto estado (se debe cambiar si ha sufrido un golpe o se ha dañado) y colocarse correctamente, con sus correas y hebillas bien ajustadas para que quede ceñido y cómodo.
Todas estas indicaciones en relación con el casco valen tanto para niños que conducen sus bicicletas, como para cuando viajan como pasajeros en asientos adicionales (los cuales también, desde luego, tienen que estar homologados). En estos casos, el conductor debe ser mayor de edad y el niño transportado en el asiento adicional, menor de siete años, según estipula el Reglamento General de Circulación.
Ropa adecuada, luces y otros recaudos para niños ciclistas
Llevar una vestimenta adecuada es otra de las claves: cómoda y sin partes que cuelguen y sean demasiado largas, ya que pueden engancharse en las ruedas u otras partes de la bici o del camino, y provocar caídas y otros accidentes. Si es posible, la ropa debe ser blanca o de colores claros, y al anochecer tanto niños como adultos deben llevar chaleco reflectante. Por otra parte, el reflectante rojo en la parte trasera de la bici es importante durante todo el día, y de noche son fundamentales la luz blanca delantera y la roja en la parte posterior.
Los niños deben tener claro que al montar en bici nunca deben ir oyendo música con auriculares, ni tampoco deben distraerse con el teléfono móvil ni con ningún otro dispositivo. Toda su atención debe estar puesta en el camino. También se debe procurar que estén familiarizados con las normas y señales de tráfico, y que tengan presente un consejo incluido en la Guía para usuarios de la bicicleta, editada por la Dirección General de Tráfico (DGT): «Cuando te montas en una bicicleta no eres un peatón, sino que conduces un vehículo. Debes cumplir las normas de circulación y respetar al resto de usuarios, especialmente a los peatones».
Otra de las principales recomendaciones de la DGT es usar el carril bici siempre que sea posible. Incluso cuando llegar hasta ese carril suponga dar un pequeño rodeo, es conveniente hacerlo. Y luego es importante recordar a los niños que, aunque en esas vías la prioridad sea de los ciclistas, es fundamental circular con prudencia y atención. Al acercarse a un cruce deben moderar la velocidad y, si es necesario, parar. En los puntos señalizados para el paso de peatones, se debe ceder a estos, por supuesto, la prioridad.
Por lo demás, los adultos deben recordar que la forma más efectiva de educar es el ejemplo. «El primer medio educador y socializador para una persona es la familia», apunta la Guía para padres sobre la prevención de lesiones no intencionadas en la edad infantil, editada por la AEP y la Fundación Mapfre. «Nuestros hijos -añade el texto- repiten las conductas de sus padres, así que también somos su referente en la educación vial».
Visto en: eldiario.es